RAFESA actualiza el cuentagotas para un amplio abanico de productos cosméticos que requieren ser dosificados.
El consumidor cada vez está más familiarizado con el uso eficaz del producto, priorizando precisión para evitar derroches.
Ni una gota más ni una menos. El consumidor es cada vez más exigente no solo con la calidad del producto, también con la salud de su bolsillo, consciente de que el despilfarro se extiende a toda la cadena y le interpela directamente. Por eso, la irrupción del cuentagotas en el sector cosmético ya se apunta como una destacada tendencia revistiendo un elemento que en el imaginario colectivo prácticamente solo se usaba para fines farmacéuticos.
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