Empack: Con una mayoría de visitantes procedentes de la industria de la alimentación y bebidas, ¿Cuáles crees que son las mayores ventajas de contar con ferias como Empack para nuestro tejido industrial? ¿Y para la lucha por la mejora de la sostenibilidad?

Josep: Dentro del sector de las bebidas, el packaging es un tema candente desde hace años a nivel de sostenibilidad. Según datos de IWCA, representa un 23% de la huella de carbono de una bodega estandar, y por ello cada vez hay más alternativas enfocadas a reducir ese valor. Es importante centrar la innovación en soluciones de packaging reutilizable, con baja huella de carbono, sin olvidar cualquier otro aspecto ambiental que pueda tener un impacto material, como puede ser la reciclabilidad, el origen de los materiales, e incluso el potencial de mejora a futuro que presenta cada uno de ellos.

Las ferias especializadas como Empack permiten que los visitantes puedan encontrar aquello que buscan de manera más rápida y efectiva, a la vez que tienen la oportunidad de descubrir innovaciones relacionadas con sus intereses. Se podría decir que en este tipo de ferias hay un mayor aprovechamiento por metro cuadrado por parte del visitante que en otras ferias donde a veces las marcas hacen una puesta en escena, tal vez con menor contenido.

Empack: Según tu punto de vista Josep, ¿cuáles crees que serán los 3 puntos clave que marcarán la diferencia en el ámbito de los envases sostenibles en un futuro cercano?

Josep: Primeramente, destacaría la reutilización. No es “rocket science” que dicen los americanos y en cambio nos está costando encontrar el modelo adecuado, sin embargo, es el camino más recto hacia la sostenibilidad de los envases y el único alineado con los límites planetarios que ya estamos franqueando.

En segundo lugar, la trazabilidad. Trazabilidad tanto a nivel del origen del material utilizado y la forma de extracción de la materia prima o reciclada utilizada para elaborarlo, como a nivel de la huella de carbono que incluya todas las emisiones aguas arriba que a veces quedan difusas o desconocidas. Todo ello está muy ligado a la directiva europea de diligencia debida que incluye también la parte social y de derechos humanos en la cadena de aprovisionamiento de los materiales.  

Por último, el ecodiseño, que irá ganando terreno poco a poco al diseño convencional enfocado únicamente a captar la atención. No vale elaborar un producto para el que no existe sistema de reutilización o reciclaje y pretender solucionarlo a posteriori. Es en el momento del diseño donde debe asegurarse cual va a ser el tratamiento que se dará al envase una vez utilizado.

Empack: Tras estos años de experiencia, ¿Qué consejos les darías a los jóvenes talentos que están comenzando su andadura en el mundo laboral, y especialmente en la industria del vino?

Josep: Les diría que no tengan miedo a equivocarse, que el trabajo ideal no tiene por qué ser el primero que elijan, que tengan paciencia y perseveren. Sin embargo, para tomar la mejor decisión posible es vital recopilar experiencias, propias y de terceros. Hacer prácticas en empresas es también muy valioso para conocer el sector, el tipo de trabajo, el ambiente laboral etc. Y también lo es compartir experiencias con compañeros, amigos, conocidos… Personalmente, me ha funcionado muy bien mantenerme fiel a mis valores y no desviarme de lo que, grosso modo, sabía que quería dedicarme (las energías renovables, la sostenibilidad). Conseguir que las empresas sean sostenibles, implicará un cambio profundo en la manera de trabajar y de enfocar los riesgos y las oportunidades que la crisis ecológica nos depara. Aquí, el talento joven de nuestro país tiene mucho que decir. Con menos prejuicios, estoy seguro de que liderarán y acelerarán la transición ecológica hacia un sistema y una sociedad en equilibrio con el planeta en el que vivimos. Dentro del sector del vino, la sostenibilidad es ya algo ineludible, está en auge y transciende desde el viñedo hasta el consumidor final, pasando por el packaging y la propia elaboración del vino.