Empack: Amaia, cuéntanos un poco como es tu día a día en la empresa y que significa ser responsable de sostenibilidad en el grupo Uvesco.

Amaia: Como responsable de sostenibilidad de Uvesco, mi trabajo consiste en entender todos los procesos de la empresa e intentar que éstos tengan el mínimo impacto posible en el entorno. Esto engloba desde la gestión de los residuos, la prevención del desperdicio alimentario, el packaging, la eficiencia energética, la optimización de la logística, el uso del agua… en definitiva, ver cómo podemos mejorar todos aquellos procesos de Uvesco que generan un impacto y minimizarlos.

Dentro de ello, uno de los trabajos más importantes es medir el impacto que tenemos, como puede ser la huella de carbono o el uso del agua. Todavía hay muchos procesos dentro de la empresa de los cuales desconocemos su impacto, y el primer paso si queremos mejorar es conocer bien el punto de partida.

Dentro de mi trabajo también cobra especial relevancia las alianzas con otros agentes. Dentro de la sostenibilidad es muy complicado avanzar solo, por eso mismo formamos parte de diferentes iniciativas como el Basque Ecodesign Center, promovido por Ihobe, o el Basque Food Cluster. Los proyectos colaborativos son imprescindibles para poder lograr resultados.   

Empack: Dentro tus funciones estas enfocada con especial énfasis en la gestión de residuos y RSC, ¿qué proyectos en ese ámbito destacarías como los mayores retos a los que te has enfrentado y por qué?

Amaia: Uno de los mayores retos sin duda que hay dentro de una organización como Uvesco es la concienciación de todas las personas que formamos el grupo. La sostenibilidad ha de ser algo transversal en la empresa, si se queda en una sola persona o departamento es imposible que avance. Eso lo vemos claramente en las tiendas: si el encargado/a tiene esa sensibilidad ambiental, los procesos de la tienda son mucho más sostenibles a otra semejante. Una vez que la conciencia se extiende es muchísimo más fácil abordar cualquier proyecto, por complejo que sea.

Dentro de planes concretos, uno de los retos más importantes para nosotros está siendo el cambio cultural en el que nos tenemos que convertir en agentes tractores. Hasta ahora, dentro de las empresas nos preocupábamos de nuestros propios procesos, pero hemos visto que tenemos la posibilidad de traccionar a muchos agentes con nuestras decisiones. Ahora mismo estamos en ese proceso en el que estamos viendo que ya no sólo importa lo que hagamos nosotros, sino que lo que hace nuestra cadena de valor es igualmente importante.